En febrero de 1963, el presidente López Mateos dio a conocer el Plan Chapingo, destinado a formar profesionistas para estimular el desarrollo agrícola del país. Se buscaba integrar la educación, la investigación y la extensión, para obtener resultados que llegaran con prontitud a los campesinos. La Escuela Nacional de Agricultura se había instalado en lo que fuera la Hacienda de Chapingo, lugar que hasta 1923 fue propiedad del general Manuel González y sus hijos. El general González fue presidente de México y muy cercano al general Porfirio Díaz.
El 22 de febrero de 1967, como parte del Plan Chapingo, se inauguró la biblioteca de la que hablamos, en un edificio que aún se ostenta como el primero construido
ex professo en México para albergar una biblioteca. Esta construcción está formada por un cuadrante de 50 metros por lado, lo que nos da 2,500 m2 por cada uno de sus tres pisos, de manera que tiene una superficie total de 7,500 m2, con capacidad para 250 mil volúmenes y con 845 asientos disponibles para la lectura simultánea. Su acceso es por la planta principal, y se llama a los demás niveles “planta baja” y “planta alta”.
En un folleto de guía de servicios del año 2004, destacan como avances relevantes de la biblioteca que comentamos que en el año 1970 se hicieron varios trabajos de compilación en apoyo a la bibliografía agrícola nacional, además de que se le consideró biblioteca tipo para América Latina, por la naturaleza de su colección y su forma de organización. En 1984 comenzó la automatización de sus procesos y en 1992 adquirió el sistema automatizado Dynix, el cual cambió en 1997 por el actual sistema Horizonte.
Sus colecciones son las siguientes: General, de consulta, de tesis, de hemeroteca, de mapoteca, de folletos, de archivo vertical (le llaman de “reimpresos”, pero tiene sobretiros y ponencias sueltas), de diapositivas, de discos compactos (principalmente del INEGI), de videoteca y de colecciones especiales, entre las que destacan los fondos Universidad Autónoma de Chapingo-Colegio de Postgraduados, FAO, INEGI, Congresos Agrícolas Mexicanos, Biblioteconomía, de escritos del Dr. Jerzy Rzedowsky, de estaciones experimentales, el fondo histórico de libros y el archivo histórico, aunque este último no es administrado por el director de la Biblioteca Central, sino que sólo ocupa un espacio dentro del recinto.
La Biblioteca Central alberga alrededor de 107 mil títulos y 155 mil volúmenes de libros y tesis. Además, hay cerca de 17 mil títulos de folletos. Las publicaciones periódicas se adquirieren por compra (unos 200 títulos vigentes) y por canje o donación. También dispone de bases de datos y publicaciones periódicas en línea que se adquieren por suscripción.
La biblioteca tiene 15 computadoras para consulta del OPAC y otras 15 en una sala llamada “Universia”, que está destinadas a la consulta de las bases de datos, las publicaciones periódicas en línea, y también para revisar el correo electrónico. Conforme lo que nos dijo el personal, sólo funcionan 11 de las computadoras para consultar el OPAC y nueve de la sala Universia.
Tiene en estantería abierta las siguientes colecciones: General, de consulta, de mapoteca e INEGI. Todo lo demás está en estantería cerrada. Usa la clasificación decimal de Dewey para organizar sus colecciones y por su tamaño ha dividido la colección general en los pisos de la planta principal y la planta alta de la siguiente forma: En la planta alta están los números 000-595, y en el planta principal se encuentran los números 600-972.
La Biblioteca Central tiene una biblioteca digital en la red, donde se tienen alojadas dos mil tesis publicadas desde el año 2004, así como las publicaciones periódicas propias de la Universidad en formato digital, con un pequeño buscador hacia los artículos.
Tiene un horario de lunes a viernes, de 8:00 a 22:00 horas. Sus servicios inician a las 8:30 horas y terminan a las 21:30 horas. Sus 35 empleados realizan los procesos y proporcionan los servicios de préstamo (interno, a domicilio, especial, interbibliotecario, y de reserva), de consulta (entendida como asesoría bibliográfica), de fotocopiado, de encuadernación, de préstamo de instalaciones (sala de usos múltiples, espacios de lectura, cubículos y módulos individuales), y la sala Universia.
Al preguntar a dos miembros del personal sobre el principal problema de la biblioteca obtuvimos respuestas distintas: Uno nos dijo que los problemas principales son dos: El crecimiento dentro de un espacio cerrado que no puede agrandarse, lo cual están buscando atender con la digitalización y la adquisición de documentos digitales; el otro problema es presupuestal, y ha llevado a que en algunos años no se compre nada. El otro entrevistado nos dijo que el principal problema de la biblioteca es la relación bibliotecarios-usuarios, que se manifiesta en una franca confrontación, en agresiones al acervo y las instalaciones y en situaciones que nos contó y que se refieren a un ambiente muy dañado. Una de las manifestaciones de este problema la encontramos en la planta alta, junto al mostrador de la colección de tesis, donde está un singular cartel que se llama “El Fantasma de la biblioteca”. Había cerca de la entrada otros carteles que hacen referencia a la mutilación del acervo.
Antes de seguir debo aclarar que entre los usuarios potenciales de esta biblioteca se cuentan cerca de siete mil alumnos de la Universidad, de los que asisten entre mil y dos mil usuarios diariamente a usar los servicios bibliotecarios.
Ahora veamos el texto del cartel “El Fantasma de la biblioteca”:
“Dicen que un fantasma se ha instalado en la Biblioteca Central. Dicen que arrasa con todo sin anunciar agua va. Lo mismo destruye, mutila, desaparece libros, que le da por pintarrajear extraños jeroglíficos en los cubículos y salas de estudio. Dicen que ya se ha dado la voz de alarma, pero como el fantasma es un marrullero de marca, los resultados no han sido del todo felices… ¿Acaso tú tienes algunas pista para echarle el guante? Agradeceremos cualquier información.”
Al preguntar a mi informante sobre las causas de esta situación, comentó que se debe a que la Universidad brinda todas las facilidades a los alumnos, y por eso ellos se comportan de manera altanera con los bibliotecarios, lo que ocasiona una respuesta natural. Sin embargo, más adelante indicó que se imparte inducción a la biblioteca a los alumnos de nuevo ingreso, aunque ya no se realiza al 100%. También mencionó que por política de la Universidad, no se puede cobrar nada a los alumnos, y que las sanciones sólo pueden ser temporales. En contraparte, pudimos observar desde la entrada un mensaje que se refiere a la baja del servicio y otro junto a los torniquetes de entrada-salida que indica que los bultos deben dejarse en el guardarropa, donde se lleva un complejo procedimiento de registro en fichas para dejar y retirar los objetos, además de que sólo se aceptan mochilas o portafolios de dimensiones no mayores a 40x20x30 cm. También nos llamó mucho la atención la casi total carencia de señalizaciones para encontrar las colecciones o para localizar los baños.
Quiero agregar que en el campus, con el paso de los años, se han creado otras bibliotecas en los departamentos, las divisiones y los centros de investigación, que suman 17 con acervos que van desde una con 420 títulos y 520 volúmenes en estantería abierta (biblioteca de la UCAME) hasta la de la división de Ciencias Económico-Administrativas con 11,179 títulos y 23,240 volúmenes en estantería abierta. Estas bibliotecas son ajenas a la Biblioteca Central, están automatizadas con el sistema SIABUC, versión 8, proporcionan servicios de préstamo y consulta, ocho de ellas disponen de página
web propia, y a partir del año 2005 varias tienen una página con un motor de búsqueda para localización en los catálogos. El sitio de este motor de búsqueda es http://www.bibliotecas.chapingo.mx.
Tanto la Biblioteca Central como las otras bibliotecas son parte de la Red Mexicana de Bibliotecas Agropecuarias (REMBA) y están integradas al Sistema de Información y Documentación Agropecuario de las Américas.
Para los interesados en hacer un viaje al pasado y conocer el primer edificio construido para una biblioteca en nuestro país, la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Chapingo se encuentra en el km. 38.5 de la carretera México-Texcoco, en el estado de México. La dirección electrónica de su sitio
web, con acceso a la biblioteca digital es http://www.ceres.chapingo.mx. Sus teléfonos son (595) 952-1500, ext. 7111, 5741 y 5440.